UN PEQUEÑO RELATO 23...Y DE REPENTE...UN EXTRAÑO.
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FOTO: SANDRA SELVA |
La
vida surca su recorrido entre un mar de sombrillas. Cada una recoge en el
interior de su corola, como si de una flor se tratara, la esencia de mil y una
historias, que llegando el anochecer al replegar sus figurados pétalos de tela,
son capaces de encerrar la luz de las almas en forma de luciérnagas.
"Ante ella, en una mesa pulcramente limpia, se extienden los papeles. El abogado con voz totalmente monótona le explica detalladamente los pormenores del acuerdo al que se ha llegado al fin. Pero Marta no es capaz de prestarle atención. El latido de su corazón suena demasiado fuerte en su interior como si de un timbal se tratara, mientras su mirada está fija en los papeles.
Parpadeo.
Su
mirada directamente clavada en los ojos de su interlocutor.
Parpadeo.
Tan suave como batir ala de mariposa. Su intención no es la de conservar la imagen nítida en su memoria, todo lo contrario, cada parpadeo involuntario busca poder borrarla, como si al abrir los ojos esperara encontrarse perdida en otro horizonte.
Parpadeo.
Tan suave como batir ala de mariposa. Su intención no es la de conservar la imagen nítida en su memoria, todo lo contrario, cada parpadeo involuntario busca poder borrarla, como si al abrir los ojos esperara encontrarse perdida en otro horizonte.
—Cálmate.
Ya casi está. —Se dice una y otra vez, intentando mantener la compostura.
Hasta en su interior, su voz le suena temblorosa, como si no llegara a querer
creerse lo que estaba pasando.
En
ese momento, con un simple gesto, el abogado le señala con el dedo el lugar
exacto donde tiene que firmar.
Marta
sujeta firme el bolígrafo, es consciente de que tan sólo dieciocho letras la
separan de la libertad. Son las letras de su nombre.
El
surco de la primera letra comienza a dejar su propia sombra en el papel... M...
—No
más heridas sin dejar huella sobre la piel. Las más profundas son las que no
dejan más que una purpúrea mancha en forma de flor, cargada de veneno entre sus
pétalos.
Marta
empieza a sonreír tímidamente cuando empieza a escribir la primera letra de su
primer apellido... S…
—No
más rejas invisibles capaces de dejarte casi sin respiración. No hacen falta
muros para sentirse encarcelada, como si tus propias alas sucumbieran a la
fuerza inexistente del alambre de espino.
Sin
darse cuenta cada vez está más erguida sobre su silla, casi no siente la
presión de sus dedos sobre el bolígrafo. Cinco letras y se acabó.
—No
más sensación de fracaso, cuando tienes todo en tus manos para ser capaz de
conseguirlo. Se acabó el poder de esa voz escupiendo palabras capaces
de despojarte, capa a capa, de tu propio ser dejándote el alma a un
nivel más inferior que la propia tierra.
Al
levantar los ojos del papel, Marta se siente totalmente diferente. Sin
miedo, busca los ojos de Jaime, su ya ex marido y se asombra al
comprobar que de repente le devuelve la mirada un extraño. No es capaz de
reconocer en él ningún rasgo que le dijera que todo lo pasado hubiera tenido
algún sentido.
Sin más se levanta y se dirige hacia la puerta con paso firme. Se para tan solo un segundo con la manivela entre los dedos y respira hondo. Al abrir la puerta siente que las lágrimas luchan por resbalar por su cara, pero esta vez tienen un significado diferente.
¡Por
fin se siente libre!”
Debajo
de la sombrilla, Marta está tumbada tomando el sol, disfruta de un buen libro.
La brisa del mar acaricia su pelo. Poco a poco está reconstruyendo lo que
alguna vez llegó a ser. Es consciente de que no va a ser nada fácil, pero su
fuerza cada vez es más grande; mientras la vida sigue surcando su propio camino sin
mirar hacia atrás entre la marea de sombrillas. Sin tan siquiera perder el
tiempo en ser consciente de su propia existencia, ajena incluso a ella
misma.
Beatriz Cáceres
Bea me encanta esta historia, tan real, tan importante para muchas mujeres y la música de la que la has acompañado también me gusta muchísimo.
ResponderEliminarEs un placer volver por estos mundos virtuales y leerte a ti en principio me dan ganas de seguir
Un besote mi killa hermosa
Gracias mi killa linda. Eres un encanto de persona.
ResponderEliminarMarta renació.
ResponderEliminarBien por ella.
Besos.